El
conflicto y la existencia de desacuerdos es algo inherente al ser humano. Las
disputas entre familiares, con compañeros/as de trabajo, en la comunidad o el
vecindario, con la clientela, entre empresas o países…o con nosotros mismos!
Son situaciones habituales y, en cierto modo, naturales, fruto de la vida en
sociedad, de la diferencia y diversidad de intereses, gustos, necesidades,
personalidades, culturas, etc.
De
ahí la importancia de aprender a gestionar y resolver los conflictos de forma
eficaz y positiva.
Mejor ganar-ganar
Existen
diversas vías para resolver los conflictos. Tal vez la más conocida sea la
judicial.
Sin embargo, la mediación se presenta como una forma alternativa que permite a las partes en conflicto buscar la solución más ajustada y eficaz para resolver sus diferencias, mediante un procedimiento flexible,
confidencial, adaptable a sus necesidades, ágil y menos costoso en tiempo y
dinero.
Las principales ventajas DE LA MEDIACIÓN
son:
1. Ahorro. En una alternativa más barata que los procedimientos
judiciales.
2. Rapidez. El procedimiento previsto para la
mediación aporta agilidad y flexibilidad para acomodarse a las necesidades de
las partes y evitar las “formalidades” y “tiempos” de los procedimientos
judiciales.
3. Ejecutividad. Los acuerdos alcanzados poseen fuerza
ejecutiva una vez elevados a públicos mediante escritura notarial. Lo que
garantiza su eficacia.
4. Traje a
medida. Las soluciones que aporta
la Justicia se ajustan siempre a unos parámetros estrictamente jurídicos y no
siempre satisfacen a las partes en conflicto. En el caso de la mediación, los
partes implicadas en la controversia llevan las riendas del proceso, asumen el
protagonismo y diseñan una salida a su medida, lo que permite alcanzar
soluciones más imaginativas, satisfactorias y duraderas en el tiempo.
5. Versatilidad. Puede aplicarse a todo tipo de
controversias – exceptuando los delitos penales – y sin necesidad de que las
partes sean expertas en cuestiones legales ni conozcan el lenguaje jurídico.
6. Confidencialidad. En la mediación se mantienen en secreto
las manifestaciones de las partes y los datos y documentos aportados en las
sesiones.
7. Soluciones
duraderas. En
la medida en que la solución es consensuada por las partes y no impuesta por
una tercera persona externa al conflicto (juez/a), suele ser más estable y duradera
que la que imponen los tribunales.
8. Ni
vencedores ni vencidos. En
la mediación no hay perdedores porque las dos partes son las que negocian la
solución a su controversia. Se trata de un mecanismo que evita los costes
emocionales típicos de todo proceso judicial.
9. Permite
acuerdos parciales. En
algunas disputas facilita la consecución de acuerdos en algunos puntos del
conflicto, lo que permite “aligerar” las cuestiones sobre las que se tuviera
que pleitear.
10. Adecuada
para las empresas. La
mediación resulta una opción muy recomendable en el caso de organizaciones que
desean evitar publicidad negativa.
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